Utopía

"Sin embargo, no estoy todavía decidido a editar el libro, pues son tan diferentes los paladares de los mortales, tan torpes las inteligencias de algunos, tan ingratos los ánimos, tan absurdos los juicios, que los que se molestan con preocupaciones y con el estudio de algo que pueda servir de provecho y placer para los ingratos y los maledicentes.
La mayor parte no conoce las letras, y muchos las rechazan. El bárbaro repele lo que no es perfectamente bárbaro... Doctorcillos hay que rechazan por vulgar todo lo que no esté plagado de palabras arcaicas.... Algunos solamente se recrean en las cosa antiguas, y gran parte de las suyas propias...
éste es tan poco simpático que no admite bromas, aquél es tan soso que no sufre las sátiras; los hay tan tontos que huyen de todas las gracias como el perro rabioso escapa de agua...otros son tan alocados que dicen una cosa de pié y otra sentados...éstos se sientan en las tabernas y satirizan entre jarro y jarro el ingenio de los escritores y condenan con gran autoridad según les place, y mientras toman el pelo a los demás quedan ellos como se suele decir "fuera de tiro", sanos y salvos, porque no poseen ningún pelo de hombre honrado por donde se les pueda tomar.
Hay otros tan ingratos que, aunque se hayan complacido con la obra, no quieren más al autor, son parecidos a los desagradecidos invitados que después de un suculento banquete se van de la casa sin darle las gracias al anfitrión.
Gasta, pues, tus afanes en hombres de tan delicado paladar, tan variados gustos y de tan agradecido ánimo..."

Utopía. Tomás Moro (1478 - 1535)

La Eternidad.

El Mundo entero es la ceniza de innumerables seres vivos, y aunque lo que vive sea tan poco en comparación con el todo, este todo ya vivió en otro tiempo y volverá a vivir.
Si admitimos un Eterno Retorno, tendremos que admitir un Eterno cambio de la materia.
F. Nietzche. "El Eterno Retorno"